Sunday, September 10, 2006

-Only Sleeping-

Se despierta sobresaltada y lanza un pesado manotazo sobre el reloj despertador. Con la poca lucidez con la que se puede decir que cuenta a estas horas de la mañana, piensa que debe cambiarlo, recordándose como odia la estridente campanilla que la hace casi saltar de la cama. Bueno, si, si. A la tarde verá. Se estira todo lo que le permite la sábana, que está como siempre fuertemente apretada abajo del colchón. Y nada. Abre un ojo para ver la hora. 7:05. Lo cierra. Todavía le queda un ratito. Gira sobre su lado izquierdo y queda ahora de frente a la pared, pero permanece con los ojos cerrados…quiere volver a dormir. Aunque sea por unos minutos mas, pero la conciencia se empeña en mantenerla despierta. Se incorpora y prende el equipo de música, a ver si eso ayuda a despabilarla. No. Y se vuelve a acostar, esta vez boca abajo, con algo de culpa. Le pica la mejilla. Intenta que su cerebro informe al brazo derecho, que es el único que no está bajo la almohada, que necesita rascarse. Pero esa parte de su cuerpo no parece querer responder. Vamos! Por Dios, como le pica! Y si, después de unos segundos de forcejeo mental las uñas perfectamente cortas alcanzan la mejilla derecha y la desesperante sensación desaparece. Se toca la cabeza.Como lo sospechó. El pelo enrulado ha formado una esplendorosa maraña a un lado de la cara, fenómeno del que le llevará al menos diez minutos deshacerse, y luego del cual deberá recogerse los bucles en un rodete lo más apretado posible, para lograr aguantar sin mojárselos hasta la noche.Difícil. Uy, uy, uy, que difícil! En las películas de Hollywood nunca pasa. Ni siquiera despertador necesitan los yanquis, que abren los ojos sin lagañas exactamente a la hora a la que necesitan despertarse, se sientan en la cama y se levantan sin el más mínimo proceso mental.Y ella, sin embargo, sigue pensando en lo que le gustaría que pasara, en lo que sabe que tiene que hacer YA. Pero “ya” ya pasó. Y no lo hizo. Y sigue sin hacerlo y sabe que está mal, pero no hay forma posible de evitarlo. Bueno, si hay. Pero involucra a una mujer de uniforme oscuro con un delantal alcanzándole una taza del café con leche más perfecto que exista hasta la cama. Y es realista, no es algo demasiado factible. Lanza un suspiro semi-sonoro de resignación y piensa. Ya casi podría decirse que es tarde. Y no se levantó. No se lavó la cara, o los dientes. No se peinó ni se maquillo y todavía no alcanzó esa gloriosa taza de café con leche que nadie parece tener ganas de facilitarle. Ok, ok. Va.

2 Comments:

Blogger keithmoon said...

relindo relato....es tipo roberto art pero mas sano...es regatuno...quiero mas......bueno, estoy con el parietal derecho en resfrio continuo...aunque estoy contento absoluto......

8:38 PM  
Blogger Geb said...

Mirá, no solo pintas hiperrealista, sinó que tambien escribís cositas...
Leerlo me hizo darme cuenta que si ahora estuviese durmiendo en lugar de estar acá, mañana levantarme no sería tan tortuoso...

7:22 PM  

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